Finca San Antonio: finca caficultora del mes de junio en Editor de Café
Articulo por Pasqual Lampariello (desde Editordecafe.com)
La finca San Antonio –denominada El playón, por Pedro- tiene una larga e importante historia caficultora en la región de Zea, Estado Mérida. La familia La Mantia la adquirió en el año 1997, y, sin embargo, desde mucho antes ya cumplía como un baluarte para la región siendo la central de beneficio a donde, las demás fincas aledañas, frecuentaban llevar su café luego de ser recolectado para ser finalmente procesado.
La finca San Antonio
– La finca San Antonio siempre se ha dedicado al rubro del café. – empezó Pedro – El dueño anterior, el señor Tortolero, se la vendió a mi familia en el noventa y siete cuando quisimos abrir una segunda unidad de producción de café… Ya para entonces teníamos la finca de La Cumbre y veíamos una buena oportunidad de negocios tener una segunda finca. La finca San Antonio estaba destinada entonces para beneficio de café. –
La población de Zea es una localidad al sureste del estado Mérida, en Venezuela, la cual está enclavada entre las montañas del Parque Nacional General Juan Pablo Peñaloza y los ríos Escalante y Guaruríes. Dicho Parque Nacional está formado por varios Páramos, y se ubica en una zona de transición entre El valle de Mocotíes y el Sur del Lago de Maracaibo. Colinda con el estado Táchira, y de hecho, Pedro nos confesó en la transmisión que se dice que un segmento de su otra finca familiar, La Cumbre, forma parte de dicha región.
Una serie de eventos desafortunados
También Pedro nos relató sobre cómo la Finca San Antonio tuvo prácticamente 15 años de inactividad: entre el año 2002 y 2004 sufrieron una serie de eventos desafortunados, comenzando con problemas vinculados a la exportación de café que bajaron drásticamente el precio del rubro, que, en acto seguido, concluyó en que muchos caficultores abandonaran el campo. También nos relató que la finca fue víctima de una vaguada en la cual perdieron parte de unos invernaderos donde secaban la pulpa de café para transformarla en humus y compost, transformando el terreno y dejando un segmento bastante arenoso y difícil de cosechar. – Duramos 15 años sin hacer nada allí – nos contó Pedro – Al final, como había mucha arena montamos una bloquera, y gracias a que teníamos la ferretería pudimos venderlos bien. Pero a nivel agrícola no hicimos más nada. –resto.
Café Roble, y la diversificación del negocio familiar
Luego, Pedro continúo contándonos sobre sus planes con la central de beneficio – Decidimos no activar dicha central de beneficio porque ahora mismo buscamos más bien es promover un café de calidad, por lo que invertimos en su lugar con la creación de un invernadero y patio de secado. – dijo, y continúo – Apostamos por realizar beneficios de café con el que no podemos utilizar la mayor parte de la maquinaria disponible en la central, salvo por una despulpadora maravillosa que incluso nos selecciona previamente los flotadores. Muchas de las máquinas allí disponibles hay que actualizarlas porque aún trabajan con gasoil, y definitivamente esto no es positivo para lo que queremos desarrollar en Café Roble. – finalizó.
En la finca San Antonio, la familia La Mantia sembró tres variedades de café incluyendo Catuai, INIA 01 y Castillo. – Los lotes están bien divididos y demarcados para aprovechar al máximo la trazabilidad del café. El lote principal, de Catuai, está divido en el cerro El Quino y el Plano. En las zonas más áridas es donde tenemos el INIA 01 y más cerca de la casa, tenemos el lote experimental de Castillo. – dijo Pedro, y continúo – Sin contar la zona de la bloquera, la casa y otras más, tenemos alrededor de 12 hectáreas plantadas. –
Al finalizar la transmisión, Pedro concluyó: – Esta finca al igual que café Roble son proyectos familiares, y son propiedades del grupo empresarial Roble. Mi padre se llama Pedro igual que yo, mi abuelo Nicolo, mis tíos se llaman Francisco, Nicola, Lourdes y Gianna. Juntos tomamos decisiones y formamos parte de éste proyecto familiar.